Rutinas de pensamiento en las aulas de Infantil

Trabajamos para crear una cultura de pensamiento en los niños desde que son muy pequeños.

Este año, las maestras de Infantil se están formando e implementando la metodología VESS, un sistema de estrategias de pensamiento inspirado en el Proyecto Cero de Harvard. Esto se hace desde los primeros cursos de la escoleta o guardería hasta los seis años, antes de ir a Primaria. A partir de esta etapa, la metodología es el Thinking Based Learning (TBL).

VESS distingue 17 hábitos de pensamiento que van desde saber argumentar (razonar con evidencia), conectar (relacionar un hecho o un concepto con recuerdos, imágenes, sonidos, olores o experiencias previas), escanear (aprender a mirar detenidamente con todos los detalles), hasta hábitos tan importantes como gestionar la impulsividad o descubrir la complejidad que se esconde detrás de tantos temas que a menudo analizamos de manera superficial.

Estos hábitos se pueden trabajar -tanto en casa como en el colegio- a partir de juegos y propuestas como:

• Invitarlos a distinguir y expresar todos los sonidos que se escuchan en una grabación musical con sonidos de la naturaleza (escanear).

• Jugar a adivinar qué pasará cuando dejemos un papel a remojo dentro de un vaso de agua (predecir y hacer hipótesis).

• Recordar después de mirar y tapar una imagen o un grupo de objetos todos los elementos que aparecían (observar y rutina del 10x2).

• ... Y todas aquellas propuestas que, con creatividad pedagógica, podamos inventar (o aprender) para ayudarlos a adquirir los hábitos de reflexionar, imaginar, predecir, sintetizar, etc.

De este modo los niños y niñas van, poco a poco, incorporando rutinas y hábitos hasta aplicarlos de manera natural en su vida cotidiana. Para conseguir esto, es necesario que les demos tiempo para pensar, oportunidades para hacer las cosas por ellos mismos sin adelantarnos y ofrecer una ayuda que no necesitan. Necesitan que les demos confianza en sus capacidades, un modelo de padre, madre (y maestra) reflexivos, un ambiente y unas propuestas ricas y estimulantes... una serie de condiciones que son las "fuerzas culturales" que ayudan a crear una cultura de pensamiento.

Contrariamente a lo que podría parecer, hacer énfasis en el pensamiento no supone dejar de banda las emociones. Las emociones son un elemento imprescindible para aprender. Lo que plantea este modelo es que emoción y reflexión no son actitudes contradictorias, sino complementarias y que las dos son necesarias para afrontar la vida con equilibrio y sabiduría.